martes, 16 de julio de 2013

UNA MARIONETA LLAMADA PACTO POR UN PAÍS MUY LEJANO.

LAS CENIZAS DEL FÉNIX.


Había una vez una marioneta llamada Pacto por un país muy lejano, la crearon en un laboratorio ubicado en una montaña que a decir de la gente estaba maldita:

-Esa montaña está maldita, todo lo que llega a ella se contamina con codicia, con ambición, con perfidia- decían los moradores de los pueblos que colindaban con la montaña

En esa montaña habitaban los engendros más malévolos de la creación, criaturas que no servían ni para Dios ni para el Diablo, ya que por su maldad eran tan indeseables y tan viles, que se traicionaban entre ellos mismos y cometían actos de canibalismo desmesurado que no les importaba comer la carne y beber la sangre de jóvenes, niños, ancianos, de quien fuera, a ellos sólo les importaba saciar su hambre infinita.

Se decía que en sus aquelarres estos engendros hacían de todo, que a veces se peleaban por un tesoro llamado presupuesto, y eran unas batallas tan sangrientas que salpicaban, no sólo de sangre todo lo que les rodeara. En cambio había veces que celebraban unas orgías tan indecentes llamadas “alianzas” en donde aquellos que supuestamente no se podían ver ni en pintura terminaban unidos por el amor más lujurioso.

El caso es que una de estas orgías procrearon a una criatura misteriosa y siniestra llamada “Pacto por un país muy lejano”, unos decían que era una criatura límpida, buena, que ayudaba a la gente a salir de la pobreza, pero de repente se transformaba en una criatura oscura, que sembraba el hambre y la miseria por donde pasaba.

En realidad nadie la había visto, sólo se decían rumores, algunos juraban que se aparecía de vez en cuando durante las peleas y las orgías de los engendros del mal.

Lo cierto, es que era una marioneta, hecha a través de un sortilegio, que los engendros habían procreado y habían nutrido con la carne y la sangre de los pobladores de las provincias cercanas.

Los engendros del mal lo utilizaban cual canto de sirena para atraer a la gente pobre y necesitada, lo maquillaban, lo peinaban con un copete muy engomado, le hacían manicure y le blanqueaban los dientes haciéndolo aparecer con una imagen de metrosexual y anunciaban que iba a solucionar la hambruna que azotaba a las provincias y de esa manera atraían a las masas, a quienes daban de comer una especie de caldo pestilente hecho a base de migajas, de sobras, de sopa de celulosa y una bebida embriagante cuya preparación y distribución estaba a cargo de Sharon Rogers y su hermana.

El caso es que cuando la gente se sentía satisfecha y el caldo ese les caía de peso y empezaban a sentir sueño e caían encima los engendros del mal y les chupaban la sangre, por eso el pueblo no protestaba, porque lo tenían siempre mareado o siempre anémico.
La pobre marioneta en realidad no era ni buena ni mala, simplemente porque era una criatura que había nacido acéfala, sin conciencia ni voluntad, sujeta a los bajos deseos de los engendros del mal, quienes en ocasiones la prostituían vendiéndola a los engendros partidarios de otras ideologías, consiguiendo así manipularlos para conseguir sacar adelante sus planes.

A través del encanto de Pacto por un país muy lejano, los engendros ganaban elecciones con sus alianzas en diferentes provincias y se daban las gracias, y se amaban y mua mua, se besaban sus bocas y se fajoneaban en plena vía pública, aunque a veces, como sabemos, enojadas las comadres salen a relucir las verdades, cuando se peleaban los engendros se rasguñaban, se mordían, se quitaban pestañas para pincharse y se sacaban sus garritas al sol, y amenazaban con desmembrar a pacto por un país muy lejano.

Y la pobre criatura de Pacto por un país muy lejano quedaba arrumbada por ahí, tasajeada, hasta que ocurría otra orgía y reactivaban sus poderes.

El caso es que así siguieron las cosas hasta que un día la gente despertó y se dio cuenta que sólo unidos podrían combatir los engendros y su inmunda avaricia.

Así que juntando la nobleza de la gente, el esfuerzo de los padres de familia, el sacrificio de las amas de casa, el júbilo de la juventud y todas las virtudes humanas pidieron a los sabios que les ayudara a crear una criatura a la que llamaron Pacto de la sociedad por la Patria, forjada con el acero más tenaz y la voluntad más firme que nunca antes existió y así fueron a buscar y a exterminar engendro por engendro hasta limpiar el país entero y por último, para quemar a Pacto por un País muy lejano, enterrando sus cenizas en una fosa oscura tapada con la piedra más grande del país para evitar que saliera y volviera a servir a intereses mezquinos.

Y fue así, a través del concurso de las voluntades humanas, del acuerdo total de la población y con ayuda de Pacto Social por la Patria, la única manera en que encontraron el progreso y el bienestar, a partir de entonces, la premisa política más importante en ese país, es que los pactos deben celebrarse con la participación y el acuerdo de la sociedad, así y sólo así podrá generar el bien común.

LIC. MARCO ANTONIO GONZÁLEZ.

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